Al preservar la estructura del suelo, los métodos de mínimo laboreo contribuyen a mejorar la vida del suelo y la gestión del agua, así como a aumentar la biodiversidad y el almacenamiento de carbono. Sin embargo, todos estos beneficios para el medio ambiente deben considerarse teniendo en cuenta que a menudo se necesitan productos químicos para controlar las malas hierbas.
La estructura del suelo se conserva y contiene más materia orgánica.
Los métodos sin arado y de mínimo laboreo reducen la alteración del suelo en los 40 cm superiores, lo que aumenta su fertilidad natural.
Si se utilizan métodos sin arado a largo plazo, la materia orgánica del suelo puede aumentar entre un 25 % y un 50 % (fuente: Agro-League). Y lo que es más importante, como pone de manifiesto un estudio comparativo de 47 años realizado por Arvalis, en Boigneville, en Francia, la distribución de la materia orgánica es diferente cuando se utilizan técnicas de cultivo poco profundas o de siembra directa . Los métodos de gestión de cultivos sin arado aumentan el contenido de carbono en la capa superior del suelo (0-10 cm) y lo disminuyen a mayor profundidad (10-33 cm).
Mejor gestión del agua y menor riesgo de erosión
La concentración de materia orgánica en la superficie ofrece ventajas como la reducción de la disgregación, la escorrentía y la erosión. Al preservar la estructura del suelo mediante el uso de técnicas de no laboreo, el agua de lluvia se infiltra mejor en el suelo y aumenta el almacenamiento de agua para el cultivo. En términos más generales, la mejora de la estructura del suelo permite un mejor desarrollo de las raíces y una nutrición óptima de los cultivos.
¿Cómo mejoran la estructura del suelo los métodos de mínimo laboreo?
- Las operaciones mecánicas, como el uso de descompactadores, descompactan el suelo sin mezclar las capas. Descompactar el suelo lo hace poroso, lo que favorece el desarrollo de las raíces y el intercambio de gases.
- Las técnicas de mínimo laboreo minimizan el número de pasadas con máquinas agrícolas, lo que reduce la compactación del suelo, especialmente al evitar la creación de capas duras.
- El mínimo laboreo combinado con cultivos cubierta con plantas con raíz pivotante vuelven el suelo más poroso.
Actividad biológica renovada
La biodiversidad de la capa superficial del suelo se ve afectada negativamente cuando se labra. Al no utilizar el arado, aumenta el contenido de materia orgánica en las capas superficiales del suelo, lo que reaviva la actividad biológica. Los insectos y las lombrices facilitan el drenaje, el desarrollo de las raíces, el esponjamiento y la aireación. Además, los microorganismos contribuyen a la producción de carbono y nitrógeno, y favorecen la mineralización y la presencia de hongos, incluido el micelio que recicla los nutrientes y el carbono.
Las lombrices de tierra detestan la tierra arada
Trabajar la tierra perturba a las lombrices y destruye sus vías, sobre todo en otoño, durante la reproducción. El grado de afectación de las lombrices depende de su clase: las lombrices epigeas que viven en la superficie (1-5 cm) son las más perturbadas, mientras que las lombrices endógenas que viven a mayor profundidad se ven menos afectadas.
Los inconvenientes de usar productos químicos para controlar las malas hierbas y las plagas
A pesar de las muchas ventajas medioambientales de utilizar métodos de mínimo laboreo, hay que tener en cuenta la gestión de las malas hierbas y el uso de herbicidas, ya que con estos métodos hay más crecimiento de malas hierbas. En lugar de utilizar productos fitosanitarios, los agricultores pueden plantearse un enfoque alternativo al químico, que consiste en mantener el suelo acolchado durante todo el año. Por desgracia, esto puede ser difícil de aplicar con cultivos como el maíz, y crea un entorno favorable para plagas como las babosas, que también hay que tratar.